Las suculentas son sin duda alguna, una de las plantas crasas más bellas que existe. Su gran variedad y formas son maravillosas, además de ser llamativas en nuestro jardín.
Sin embargo, muchas veces sucede que cuando utilizamos nuestras plantas en el interior del hogar, ellas se terminan deformando por no recibir la luz solar que tanto necesitan para desarrollarse correctamente.
Por ejemplo, las plantas crecen estiradas y hasta pueden perder sus formas tan lindas. En vista de esto que puede pasar, la pregunta que nos hacemos seria por qué se estiran las suculentas.
Seguramente queremos saber las razones de por qué pasa esto, y más importante aún que podemos hacer para lograr que no pierdan su bella forma.
Porqué se estiran las suculentas
Estas son una de las inquietudes más frecuentes que tienen muchos de los que amamos las suculentas, precisamente sobre cuando se estiran perdiendo su forma natural.
Cuando observemos que están creciendo rápidamente, en realidad se trata de un pedido de ayuda por estar sufriendo un proceso de etiolación. Se trata de un fenómeno que ocurre en las plantas cuando crecen en espacios que carecen de luz solar.
Hay que tener en cuenta que aunque las plantas sean de interior, necesitan cierta cantidad de la luz del sol para realizar su proceso de fotosíntesis. Esencial para producir la clorofila necesaria para mantener su color y lograr un desarrollo correcto.
Sucede todo lo contrario, cuando las plantas se ven forzadas a crecer rápido para buscar una fuente de luz.
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Señales de alerta
Cuando nuestra suculenta está sufriendo debido al proceso de etiolación, hay señales que lo reflejan:
- Las hojas se ven más pequeñas.
- El tallo es muy alargado y débil.
- Hay un gran espacio entre las hojas.
- El tallo se inclina más hacia un lado.
Si observamos que nuestra planta se encuentra en esa situación, no la llevamos rápidamente al sol, porque podría quemarse rápidamente.
Cómo salvar a una suculenta con etiolación para que no pierda su hermosa forma
Las suculentas en forma de roseta como las Echeveria, crecen de modo proporcionado a lo largo y a lo ancho, y aunque su crecimiento es lento logran que no pierdan su forma.
Solo una vez que se espigan, solo hay que dar algunos pasos para devolverle su forma:
- En primer lugar, retiramos todas las hojitas que se encuentren con mucho espacio, quizás se vean un poco saludables y delgadas. Debemos elegir las hojas que estén más saludables y reservamos, la idea es propagar nuevos brotes.
- Luego, una vez que tengamos el tallo más libre, procedemos a cortar con un cuter bien afilado y desinfectado la parte superior de tu suculenta.
- Seguidamente, dejamos cicatrizar el corte de la suculenta durante unos 5 días en un espacio fresco y sin los rayos solares directo, para que se pueda trasplantar.
- Continuamos colocando las hojitas que retiramos del tallo en una bandeja con sustrato para suculentas, no es necesario que las enterremos sobre la tierra, se puede colocar por encima y rociar con un atomizador. Cuando observemos que les están saliendo raíces, podemos empezar a regar cada tres días, recordemos no encharcar la tierra.
- Finalmente, una vez que se seque el corte de nuestra suculenta es hora de trasplantar en una maceta con sustrato nuevo. Primero, colocamos 1 capa gruesa de gravilla, 2 capas de tierra y cubrimos con tierra el tallo de nuestra planta para que comience a salir las raíces y para terminar, regamos un poco.